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Notas sobre el control de serpientes en Ibiza y Formentera (1/3)
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Notas sobre el control de serpientes en Ibiza y Formentera (3/3)
Biometría, madurez sexual y condición corporal
Estudiar la biometría de las capturas (la toma de medidas estandarizadas y procesos biológicos del individuo), fue un trabajo de gran interés y utilidad, ya que sólo con el tamaño corporal de la serpiente (LHC o longitud del hocico a la cloaca, sin contar la cola que puede ser más larga en los machos que en las hembras) y gracias a los estudios previos (ver referencias al final de la tercera entrada) se puede deducir si un ejemplar es adulto (maduro sexualmente) o juvenil (inmaduro sexualmente), y por lo tanto si es capaz de reproducirse o no. Según estudios recientes (ver referencias al final de la tercera parte de la entrada), en Eivissa las serpientes alcanzan la madurez sexual a los 62,8 cm en el caso de las hembras, y a los 50 cm en el caso de los machos. El promedio de LHC de los ejemplares que analizamos fue de 69,0 cm, un tamaño de individuo adulto para ambos sexos.
Referente al sexo, el porcentaje de la muestra fue bastante igualado. Del total de la muestra se pudieron sexar 47 individuos, 26 eran machos y 21 hembras, siendo la mayoría del total de capturas (62,5 %), individuos sexualmente maduros. Sin embargo, mientras que el 92,3 % de los machos resultaron ser maduros, sólo el 52,4 % de las hembras lo fueron (al menos en base a los datos biométricos existentes hasta la fecha). De la misma forma que la captura de adultos maduros de ambos sexos indican de por si la posibilidad de que la reproducción se esté produciendo en la isla (a parte de estar constatada desde hace años), la captura de individuos pequeños que han nacido hace poco permiten, confirmar la época del año en que lo han hecho. Obteniendo así información del ciclo biológico de la especie, que puede ser útil para documentar la anormalidad o no, de su ciclo biológico en un entorno para el cual está catalogada como especie invasora y en el cual podrían surgir variaciones con respecto a su zona de origen a medida que se expande y asienta en el territorio.
El individuo más pequeño (29,8 cm de largo y 7,9 g de peso) tuvo un tamaño dentro del rango de neonato (23,7 -30,8 cm; 6,1 – 9,0 g) y fue capturado el 23 de noviembre en la Zona C (en este caso concreto, en un domicilio particular situado en Sant Jordi de Ses Salines). Las medidas de este ejemplar, nos indican que debió de nacer entre octubre y noviembre, bastante más tarde de la fecha habitual, tanto en Ibiza (septiembre) como en la Península (finales de agosto-principios de septiembre). De hecho, en la Península Ibérica, la puesta parece tener lugar a finales de de junio, mientras que en Ibiza se han encontrado evidencias de puestas de huevos más tardías, alrededor del mes de julio. Además, se han encontrado huevos oviductales desarrollados desde mayo a julio, e incluso evidencias de una posible segunda espermatogénesis en los machos a principios de otoño. Todo ello parece apoyar la expansión del periodo reproductor de la especie en Eivissa, y, aunque nosotros todavía no tenemos suficientes datos para poder afirmarlo, sí que hemos confirmado la presencia de neonatos en fechas que cuadran con dichos estudios que afirman un alargamiento del período reproductor, así como de folículos muy desarrollados desde mayo hasta julio.
Comparativa entre un adulto y un juvenil de culebra de herradura, ambas están situadas en el mismo plano.
Pero, ¿cómo diferenciar a las hembras de los machos? En general, los machos pueden ser más grandes, pero el tamaño no es un criterio válido ya que la diferencia no es tan clara y hay muchos ejemplares intermedios que podrían corresponder tanto a hembras como a machos. El aspecto externo tampoco nos sirve para diferenciarlos, ya que parece que no existe dimorfismo sexual, más allá de una posible mayor longitud de cola en los machos, y el estrechamiento al inicio de la cola en el caso de las hembras; pero ambas características pueden no apreciarse claramente y en los juveniles incluso ser imperceptibles. Por lo tanto, la única manera fiable al 100% es fijarse en los genitales. Las hembras poseen un oviducto que desemboca en la cloaca, por lo que externamente solo se observa un orificio. Los machos tampoco tienen gónadas externas, pero sí que poseen un hemipene (en una cavidad junto a la cloaca), que pueden sacar fuera cuando se aparean. Existe una técnica comúnmente usada para determinar el sexo de las serpientes, que consiste en presionar con cierto ángulo para sacar el hemipene, y así confirmar si se trata de un macho o no. Otra manera es introduciendo una sonda por la cloaca en dirección a la cola, para ver si hay un hueco dentro donde se esconde el hemipene, y si no entra, significa que no hay cavidad y por lo tanto es una hembra. Por último, el método más fiable es la localización de los testículos en los machos, y los folículos o huevos oviductales en las hembras (obviamente, esto implica sacrificar antes al animal).
Hemipenes de un macho de culebra de herradura.
Huevos ya en desarrollo en el interior de una hembra de culebra de herradura.
En esta imagen, podemos ver tanto huevos en desarrollo, como folículos no fecundados.
Estrechamiento al inicio de la cola, propio de una hembra, no obstante, este rasgo no siempre tiene porque ser tan apreciable, así que no resulta un método especialmente fiable para sexar a los individuos.
Usando una combinación de todas estas técnicas, pudimos ver que aparentemente la proporción de sexos es desigual al principio del verano, mientras que en los meses más tardíos parece igualarse (figura 3). Pero en cualquier caso, faltan comparativas con otros años para descartar algo puramente accidental, además de tener una unidad de muestreo mayor para poder sacar conclusiones que vengan respaldadas por datos más sólidos.
Los individuos sexualmente activos, fueron capturados en todas las zonas de muestreo. Identificamos folículos muy desarrollados (diámetro entre 10,87 mm y 19,87 mm) en 4 hembras capturadas en las subzonas 1 y 2 de la Zona A durante los meses de mayo, junio y julio, lo que indica que se están reproduciendo junto al Parque Natural de una forma consolidada (ver la parte 1 de esta entrada para más información de las 3 zonas y subzonas de muestreo). Las diferentes barreras físicas existentes entre las subzonas 1 y 2 de la Zona A y el parque natural, no son suficiente medio de contención, por lo que las estrategias de control de las culebras en el espacio protegido de Ses Salines, deberían de incluir el control activo de la especie en todos los espacios colindantes al parque. Ignorar está necesidad será un gran error, ya que lo más probable es que todas las zonas actúen mutuamente como reservorio unas de las otras, si no se aplican los controles suficientes en todos espacios adyacentes de forma simultánea.
Grasa corporal
Otro aspecto que nos resultó especialmente llamativo, es la sorprendente cantidad de grasas que pueden llegar a tener algunos individuos. Medimos la cantidad de grasa corporal en todos los ejemplares estudiados, tal como se ha hecho en otros estudios, empleando una escala de 4 categorías, siendo 0 ausencia de cuerpos grasos y 4 el máximo, cuando los cuerpos grasos cubren de forma continua y abundante las vísceras internas. En general, el contenido de grasa fue bastante alto, con una media de 3,08 sobre un máximo de 4. No parece existir una relación entre el tamaño corporal (LHC) y la cantidad de cuerpos grasos, pero sí se ha sugerido en otros estudios que en las hembras pueden disminuir durante el periodo reproductivo debido al coste del mismo. En nuestro caso, la pérdida de grasa que se puede observar en los meses de junio y julio, está bastante igualada entre machos y hembras (figura 4). El mínimo de agosto, no lo podemos tener en cuenta como algo indicativo, ya que al igual que ocurre con octubre y noviembre, solo tenemos un ejemplar analizado y esto podría no ser representativo en absoluto.
Evolución de los cuerpos grasos por meses y sexos, sin duda, lo limitado del tamaño de la muestra, no permite llegar a ninguna conclusión sólida de forma categórica.
Aspecto general y reparto de la grasa en un ejemplar adulto de culebra de herradura.
Detalle del aspecto de la grasa de una culebra de herradura.
Dieta
En cuanto a la dieta, la mayoría de las capturas tenían el estómago vacío (87,5 %). Solo 6 individuos tenían contenido en el estómago: 5 tenían restos, en mayor o menor grado digeridos, de lagartija de las Pitiusas (Podarcis pityusensis), el sexto ejemplar tenía 1 ratón de campo (Apodemus sylvaticus).
Momento en el que "al fin" aparece un estómago con contenido, en este caso, la víctima fue un ratón de campo.
Extracción completa de los restos a medio digerir, nótese la ausencia de muchas de las partes del ratón.
Al igual que en los estudios de terceros realizados hasta la fecha, la proporción de estómagos vacíos fue muy alta. Quizás esto se deba a al menos dos factores. Por un lado, las culebras aguantan muchos días sin comer; y por otro lado, es lógico pensar que las que caen en las trampas son aquellas que se sienten atraídas por el ratón al buscar comida activamente, es decir: están hambrientas y sienten hambre porque tienen el estómago vacío. Por lo tanto, el trampeo con cebo vivo parece no ser el mejor sistema de captura para analizar contenidos estomacales, aunque hasta la fecha es el más factible, y en consecuencia la opción que queda es tener en cuenta este posible sesgo de la metodología a la hora de interpretar los datos.
En cualquier caso, hemos confirmado la depredación de lagartijas por parte de las culebras de herradura desde bien temprana edad, ya que un juvenil de menos de 8 g de peso tenía restos de lagartija en el estómago, que por el tamaño de los restos, a duras penas debió de entrarle por la boca. Por otro lado, en dos ocasiones prácticamente pudimos confirmar que la serpiente se había alimentado de una lagartija dentro de la trampa, ya que aparte de los restos de lagartija (regurgitada o en el digestivo) en el interior del estómago había restos de paja exactamente igual a la que usamos dentro de las trampas para el cebo vivo.
Juvenil capturado manualmente en la Zona 3, con restos a medio digerir de lagartija.
Esta depredación dentro de las trampas ya ha sido sugerida previamente por algunos expertos, es totalmente plausible, pero también lo es el hecho de que en ocasiones, es posible discernir el momento de la ingestión según el grado de digestión de los restos en relación a la últiva visita realizada a la trampa. Es decir, se dan algunos casos de depredación dentro de las trampas, es cierto, pero también se dan casos de ejemplares que han cazado fuera y han entrado dentro de la trampa sin tener el estómago completamente vacío (esto se puede determinar por el grado de digestión de la presa en relación a la fecha de entrada de la serpiente en la trampa). El caso del juvenil de la foto anterior, con una lagartija en el estómago, fue capturado manualmente y por lo tanto zanja bastante el asunto: apenas salen del huevo, las culebras de herradura ya pueden (y lo hacen) depredar lagartijas (este ejemplar dió apenas 8 gramos de peso, contenido estomacal incluido y 29,8 cm LHC, estaba dentro del rango de neonato).
Por otro lado, el ejemplar que había comido un ratón de campo, provenía de un atropello. Estos dos casos concretos sobre el total de ejemplares con contenido estomacal capturados con trampas, plantean la posibilidad de que quizás la proporción de estómagos vacios es menor en ejemplares atropellados o capturados manualmente, que en los capturados con trampas. Esto podría suponer una ventaja a la hora de realizar un estudio de dieta en profundidad, ya que con un menor número de serpientes obtendríamos más información.
Culebra de herradura con lagartija regurjitada, subzona 2 de la Zona A.
Otro caso más de lagartija regurjitada dentro del compartimento de la serpiente, en este caso 2 ejemplares, también en la subzona 2 de la Zona A (no registramos ningún caso en la Zona B, pero si en una lolalización de la Zona C próxima a la Zona A).
Presión por depredación
Para entender el éxito de esta especie en Eivissa y Formentera, es importante tener también en cuenta la escasez de depredadores potenciales. Aún no se ha confirmado la depredación (o a lo sumo se ha hecho de forma meramente anecdótica) por parte de ginetas o pequeñas rapaces, los únicos potenciales depredadores naturales en la isla. Por otro lado, resulta improbable que animales domésticos, asilvestrados o no (básicamente los gatos), aunque presumiblemente tienen la capacidad para poder cazarlas, lleguen a controlar la población de culebras en la isla. Más teniendo en cuenta que las serpientes son presas por un lado bastante exquivas, y por el otro, con cierto grado de agresividad cuando se sienten amenazadas. Una forma de estudiar la presión por depredación que existe sobre las culebras en general, es analizando las heridas en la cola o tercio posterior del cuerpo de las serpientes, ya que indican que puede haber habido intento de depredación y por lo tanto indica la posible existencia de depredadores potenciales, aunque no hayan conseguido cazar a la culebra en esa ocasión. En nuestro caso, los datos siguen apoyando otros estudios que afirman que no tienen apenas depredación en Eivissa, ya que en solo 11 individuos observamos lesiones o imperfecciones en la piel que puedan considerarse indicios de depredación (lo que no supone de facto que haya habido tal intento en la práctica, ya que la lesión pudo haber sido provocada por otros factores que no fueran estrictamente un intento de depredación).
Algunos ejemplos de estas heridas o imperfecciones:
Con esto, ponemos fin a la segunda parte. La tercera parte, la enfocaremos a las capturas accidentales; la necesaria participación de la ciudadanía (voluntariado) y el papel de las administraciones públicas y las empresas privadas en el control de la plaga; acabando con un pequeño inciso anecdótico entre las ratas negras (Rattus rattus) y su afección al control de serpientes, y unas breves conclusiones generales.
Para acceder a la primera parte de esta entrada:
Notas sobre el control de serpientes en Ibiza y Formentera (1/3)
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Notas sobre el control de serpientes en Ibiza y Formentera (3/3)
Texto: elaboración propia.
Fotografías: salvo que se especifique otra persona, Borja Pérez; y salvo que se indique algo diferente, todas las fotos han sido tomadas en Eivissa o Formentera.
Agradecimientos: a nuestra técnico y bióloga Lara Abascal, por su implicación, más allá de lo estríctamente laboral, durante todo el proceso de captura de serpientes y posterior procesamiento y redacción de la información recabada. Gracias también, a todos aquellos que voluntariamente nos han aportado ejemplares para incluirlos en la muestra de la entrada.
Referencias:
Acudir al final de la parte 3 de esta entrada.
Para saber más:
- Nova Falcons: Serpientes en Eivissa y Formentera (Parte I).
- Nova Falcons: Serpientes en Eivissa y Formentera (Parte II).
- Nova Control: control de serpientes en Ibiza y Formentera.
- Instrucciones fabricación trampas serpientes alóctonas.
- Tesis E.Montes.
- Viabilidad del control de ofidios en Ibiza y Formentra (Asociación herpetológica española, 2012).
- La culebra de herradura.
- La culebra de escalera.
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